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Fábrica de velas de cera desde 1921

desde 1921

Nuestra empresa

Elaboración artesanal de velas de cera

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nuestra historia

En Septiembre de 1921 Vicente Navarro Vila junto a algunos de sus hermanos y un primo deciden fundar la empresa “Navarro y Compañía”, dedicada a Ceras y artículos de Droguería.
Cuando crean la empresa, la única relación que tienen con este ramo industrial es que su padre ya trabajaba como oficial en otra empresa dedicada a la cera, pasando desde ese momento a trabajar para ellos.

En pleno centro de la ciudad de Albaida se monta el negocio en el que ya hay media docena de trabajadores aparte de los fundadores. La empresa estaba especializada en la fabricación de Velas de Cera, en productos de droguería (como vaselinas) y en el blanqueo de ceras de abejas. Desde el primer momento, la Iglesia Católica fue el principal cliente.
La fabricación de cirios se hacía exclusivamente con noque y para ello se utilizaban ceras de abeja y parafinas y ceras minerales.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces y muchos cambios han habido.

Aproximadamente en 1930 la empresa se especializa en la fabricación de velas para arder con capitel, comúnmente utilizadas en los altares de las parroquias. Y en la década de los sesenta se inicia en la fabricación de lámparas del Santísimo o velones, siendo el primer fabricante que utiliza un envase de plástico rígido en este artículo, ya que hasta la fecha se fabricaban con envoltura de papel celofán.

Pasado el tiempo, sólo los descendientes de Vicente Navarro Vila continúan la labor comenzada por éste. Hay cambios en la nomenclatura de la empresa: pasa a ser “Sucesor de Navarro y Compañía” en 1942, nombre que mantendrá durante casi seis décadas.

Con el auge de los polígonos industriales en las ciudades, la empresa se traslada a las afueras de Albaida, al Polígono del Verger,  facilitando así el acceso a clientes y proveedores. En el año 2001 la empresa toma el definitivo nombre de “Navarro Cerería” y el anagrama es la letra del apellido familiar.

El cliente actual sigue siendo preferentemente la Iglesia Católica, a la que se ha unido el comercio en general, el sector de la decoración, la hostelería, las empresas dedicadas al regalo… De hecho, junto al  cirio religioso (para parroquia o procesión) se ha ampliado la producción al cirio decorativo (para un salón, para un baño, para una terraza,… para un sinfín de lugares donde siempre quedará bien un cirio encendido).

Durante la dirección de la segunda y la tercera generación (la actual) se producen grandes cambios que contribuyen a la total expansión y modernización de una empresa que por tratarse del género que se trata puede modernizar lo superficial y la imagen, pero nunca una fabricación artesanal que es lo que la caracteriza y  lo que los clientes agradecen.